El té de hojas sueltas debe almacenarse adecuadamente, pues es vulnerable a la luz, al aire y a la humedad. Las hojas secas de té absorben como esponjas todos los sabores y aromas con los que entran en contacto, de modo que debes mantenerlas herméticas, frescas y secas.
Aunque la hoja de té parezca muy seca, contiene un 3% de humedad y aceites volátiles que son vitales para su sabor. Estos aceites se evaporan si las hojas no se almacenan adecuadamente. El té verde por ejemplo, tiene la menor caducidad, menos de un año. Sin embargo, por lo general, los demás duran de 1 a 2 años y algunos más, pero dependerá siempre de su almacenamiento.
Algunos consejos para tomar siempre un buen té.
1.-Comprar la cosecha del año o un té con menos de un año de producido. Si el té se compra fresco, la probabilidad de alargar la caducidad aumenta.
2.- Cerrarlo bien: Si las hojas las guardas en una bolsa, asegúrate de cerrarla bien después de cada uso.
3.- Mantenerlo herméticamente cerrado: Guardarlo en una caja opaca,puede ser de cerámica,de estaño o acero inoxidable. Ciérrala herméticamente para evitar que las hojas se impregnen de cualquier olor.
4.- Mantenerlo fresco: Almacénalo en una zona fresa y seca, pero no en el frigorífico. Es importante mantener las hojas lejos de especias u otros alimentos y protegidos del calor y la luz para evitar que se oxiden.
Y por último, recomendamos que dependiendo de la asiduidad con que lo consumas, no compres tanta cantidad asegurando que no pasará mucho tiempo en la despensa.

Categorías: Infusiones

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